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Migración y Salud Mental: El Desafío del Siglo XXI

  • Carolyn Mateo, Dra. Elba Rivera González
  • 10 sept
  • 4 Min. de lectura

Los movimientos migratorios a gran escala han adquirido una visibilidad sin precedentes en las últimas décadas, impulsados por conflictos armados, persecuciones, crisis económicas y desastres naturales. En este contexto, migrantes y refugiados constituyen una de las poblaciones más vulnerables, no solo en términos de condiciones socioeconómicas y legales, sino también en cuanto a su salud mental. Esta vulnerabilidad psicológica se ve acentuada por experiencias traumáticas vividas antes, durante y después del proceso migratorio, lo que incrementa el riesgo de desarrollar trastornos mentales. Ante esta realidad, la psiquiatría desempeña un papel crucial en la atención de esta población, que enfrenta altos índices de trauma no tratado y múltiples barreras para acceder a servicios especializados. Uno de los diagnósticos más frecuentes es el trastorno de estrés postraumático (PTSD), el cual, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-5), puede surgir tras la exposición directa o indirecta a eventos traumáticos como la violencia, la guerra o la persecución.

El propósito de este ensayo es argumentar la necesidad de un enfoque psiquiátrico integral y culturalmente competente para atender las condiciones de salud mental de migrantes y refugiados. Se busca destacar el impacto del trauma asociado al proceso migratorio y las múltiples barreras que estas poblaciones enfrentan dentro de los sistemas de salud, con el fin de promover intervenciones más sensibles, accesibles y efectivas.

La experiencia migratoria, especialmente cuando es forzada, está marcada por múltiples eventos traumáticos que afectan profundamente la salud mental. Desde la exposición a conflictos armados, persecuciones políticas o violencia sexual, hasta la pérdida de seres queridos y la ruptura del entorno familiar, estos eventos generan un impacto psicológico significativo. Durante el trayecto migratorio, muchas personas enfrentan condiciones inhumanas, como detenciones arbitrarias, explotación laboral o sexual, y violencia institucional. Incluso al llegar al país de destino, persisten factores estresantes como la pobreza, la discriminación y la incertidumbre legal, que perpetúan el trauma y dificultan la recuperación emocional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), en su informe Mental health of refugees and migrants: risk and protective factors and access to care, documenta que los refugiados y migrantes expuestos a adversidades tienen una mayor probabilidad que las poblaciones receptoras de desarrollar condiciones como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (PTSD), suicidio y psicosis. El informe también destaca que estas condiciones están asociadas a experiencias traumáticas antes, durante y después de la migración, y que el acceso a servicios de salud mental es limitado por barreras estructurales y culturales. Cónsono con esto es lo expresado por Vasilenko et al. (2024) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2024 lo cual indican que la mitad de los migrantes en situación de “limbo legal” presentan síntomas clínicos de depresión y ansiedad, mientras que más del 40% manifiestan signos de PTSD. Estos datos reflejan no solo la magnitud del problema, sino también la urgencia de implementar estrategias de intervención eficaces y culturalmente sensibles.

Uno de los principales desafíos para esta población es el acceso limitado a servicios de salud mental. Las barreras son múltiples: legales (estatus migratorio irregular), económicas (falta de recursos), lingüísticas (idioma), culturales (estigmas y diferencias en la conceptualización del sufrimiento psíquico) y estructurales (déficit de profesionales capacitados). En muchos países, los sistemas de salud no están preparados para atender adecuadamente a personas con antecedentes de trauma complejo ni para ofrecer atención en contextos multiculturales.

Frente a esta realidad, se hace imprescindible un enfoque psiquiátrico que no solo atienda los síntomas, sino que comprenda el contexto sociocultural del paciente. La psiquiatría transcultural propone modelos de atención que integran la historia migratoria, las creencias culturales sobre la salud mental y el impacto del trauma acumulado. Este enfoque debe ser intersectorial, articulando esfuerzos entre salud, educación, trabajo social y apoyo legal. Además, es fundamental capacitar a los profesionales en competencias culturales y en el manejo del trauma complejo.

Por otro lado, algunos países han comenzado a implementar políticas que facilitan el acceso a servicios de salud para migrantes. Por ejemplo, Colombia ha otorgado estatus de protección temporal a migrantes venezolanos, permitiéndoles acceder a servicios básicos de salud (ACNUR, 2025). Sin embargo, estas iniciativas aún son limitadas frente a la magnitud del problema. Se requiere una mayor inversión en salud mental, así como cooperación internacional para garantizar una atención digna, accesible y efectiva.

En síntesis, los migrantes y refugiados enfrentan desafíos complejos y multifacéticos en materia de salud mental, derivados de experiencias traumáticas previas, condiciones adversas durante el desplazamiento y barreras estructurales en los países de acogida. Estos factores no solo incrementan el riesgo de desarrollar trastornos como el PTSD, la depresión y la ansiedad, sino que también dificultan el acceso a una atención adecuada. En este contexto, la psiquiatría tiene un rol fundamental en la formulación de respuestas clínicas eficaces, culturalmente competentes y sensibles al trauma. Para avanzar hacia una atención verdaderamente inclusiva, es indispensable que los sistemas de salud pública reconozcan la salud mental como un derecho humano esencial y adopten políticas que garanticen el acceso equitativo a servicios especializados para las poblaciones migrantes y refugiadas. Solo así será posible promover su bienestar integral y su integración digna en las sociedades receptoras.


Referencias


• ACNUR. (2025). Informe sobre la situación de los migrantes y refugiados. Agencia de la ONU para los Refugiados.


• Asociación Americana de Psiquiatría. (2022). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed., texto revisado). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425787


• Organización Mundial de la Salud. (2023). Mental health of refugees and migrants: Risk and protective factors and access to care.


• Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2024). Salud y migración en la región de las Américas: Reporte de situación – septiembre 2024. Washington, D.C.: OPS/OMS.


• Vasilenko, S., et al. (2024). Interventions Promoting Positive Mental Health for Migrant and Refugee Adults in the Community: A Scoping Review. Journal of International Migration and Integration.

 
 
 

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