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El maltrato a menores: Una epidemia en Puerto Rico

  • Dra. Elba Rivera González
  • 10 nov 2021
  • 4 Min. de lectura

Por Dra. Elba Rivera González PERIODICOELLAURELPR.COM

En Puerto Rico se observa una alarmante cantidad de incidentes de maltrato infantil, que incluye la agresión física, fisiológica, mental y emocional de los niños. Recientemente se ha reseñado noticias relacionado con este particular que ha consternado a los puertorriqueños. Es importante señalar que el maltrato infantil es prohibido en Puerto Rico bajo la Ley 246- 2011, conocida como “Ley para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores”. Esta ley define maltrato como, “todo acto u omisión intencional en el que incurre el padre, la madre o persona responsable del menor de tal naturaleza que ocasione o ponga a este en peligro de sufrir daño o perjuicio a su salud e integridad física, mental o emocional, incluyendo abuso sexual, o la trata humana”. Por lo general la gente piensa en maltrato infantil como maltrato físico, sin embargo, este adopta distintas formas:

  • Maltrato físico: se produce cuando alguna persona, de manera deliberada, daña o pone en riesgo la integridad física de un niño.

  • Abuso sexual: toda actividad sexual con un niño, como tocar, tener contacto oral-genital, mantener relaciones sexuales, explotarlo sexualmente o exponerlo a material pornográfico.

  • Maltrato emocional: supone atacar la autoestima o el bienestar emocional del menor. Comprende los ataques verbales y emocionales, como desvalorizar y reprender continuamente al niño, al igual que aislarlo, ignorarlo o rechazarlo.

  • Maltrato médico: se produce cuando alguien brinda información falsa sobre una enfermedad en el niño que requiera atención médica, sometiéndolo a un riesgo de sufrir lesiones y recibir atención médica innecesaria.

  • Abandono: consiste en no proporcionar alimentos, refugio, afecto, supervisión, educación o atención médica o dental adecuados.

Por otro lado, Puerto Rico recibió el informe de Child Maltreatment Report 2019. El mismo fue publicado por la Administración de Familias y Niños del gobierno federal. En el reporte este ente gubernamental federal informó que en Puerto Rico la cantidad de investigaciones (o referidos) por maltrato de menores había disminuido de 27,961 en el año 2015 a 15,044 en el año 2019. Por otro lado, se desprende de un reportaje de un periódico digital en la isla, que el Departamento de la Familia recibió 16,000 referidos de maltrato infantil para el 2017. En el 2018, recibió 12,870 referidos de maltrato infantil y 2,081 referidos fundamentados. Para el 2019, los referidos de maltrato infantil en Puerto Rico fueron de 3,862 referidos y 170 referidos fundamentados hasta el 27 de marzo de 2019. Mientras que el Departamento de la Familia indica que los casos de maltrato a menores infantil han ido en aumento a partir del año 2017. La agencia señala que para el 2019 se recibieron unos 15,633 referidos, de los cuales 2,582 fueron referidos fundamentados. Si comparamos estos datos con los publicados por el Child Maltreatment Report 2019 del gobierno federal podemos concluir que estos datos carecen de uniformidad. La realidad es que Puerto Rico desde el 2017, ha atravesado por varias emergencias nacionales: huracanes, temblores y pandemia, que han contribuido de forma indirecta a invisibilizar los casos de maltrato a menores imposibilitando que los referidos lleguen. Muchos de los casos eran identificados en el sector escolar, los cuales por la situación de emergencia que atravesaba la isla, las mismas permanecían cerradas.

Cabe destacar que la literatura indica que existe una variedad de factores que influyen en esta situación, entre los cuales se encuentra: la cultura, los valores, el entorno, la familia y la historia de abuso de los padres. De igual forma, la falta de conocimiento de los padres de como disciplinar a un niño es un factor que contribuyen en el maltrato infantil. De acuerdo con la Organización Mundial de la salud, por sus siglas WHO, establece que el maltrato infantil produce sufrimiento intenso en los niños maltratados y puede tener consecuencias a largo plazo. Entre las consecuencia se encuentra el retraso del desarrollo cerebral y en adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como: actos de violencia (como víctimas o perpetradores); depresión; consumo de tabaco; obesidad; comportamientos sexuales de alto riesgo; embarazos no deseados; consumo indebido de alcohol y drogas.

Por lo tanto, la prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los programas eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para disciplinas a sus hijos. Entre ellos se encuentran: formación e información a padres; mejoramiento de aptitudes a padres, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los hijos, prevención de abuso sexual mediante la enseñanza a menores en las escuelas, como: la propiedad de su cuerpo; las diferencias entre los contactos normales y los tocamientos impúdicos; reconocer las situaciones de abuso; cómo decir "no"; cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen.

Por último, los estudios indican que estas intervenciones en la vida del niño son beneficiosas siempre que se lleven a cabo de manera oportunas y rápidas. Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las víctimas y sus familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y sus consecuencias.


“Enseña a los niños y no será necesario castigar al hombre” Pitágoras


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